Descripción del Blog

La influencia del ejército en Venezuela ha sido protagonista del poder del Estado ante sus ciudadanos, que a través de los años han visto la evolución del mismo, desde las llamadas montoneras hasta el ejército que conocemos hoy en día e incluso fuerzas especiales dentro del mismo para llevar a cabo actividades específicas.

Con el presente trabajo nuestro grupo de trabajo busca dejar a la mano del lector un resumen de los puntos más resaltantes de ejército de Juán Vicente Gómez, cuyo gobierno dictatorial marco gran influencia en los Venezolanos. Además, se invita a los lectores dejar sus comentarios respecto al tema para enriquecer dicho materia.

domingo, 21 de noviembre de 2010


 
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
SEDE LITORAL
DECANATO DE ESTUDIOS TECNOLÓGICOS
DEPARTAMENTO DE FORMACIÓN GENERAL Y CIENCIAS BÁSICAS
ÁREA: PENSAMIENTO CRÍTICO
ASIGNATURA: CAUDILLO, DICTADOR Y FUERZAS ARMADAS
CÓDIGO: FCF-132
SECCIÓN: 01









 EJÉRCITO DE JUÁN VICENTE GÓMEZ


Autores:
Freitas, Karina 08-0040
Meza, Marielvys 08-0686
Moreno, Maryangel 08-2185
Torres Jhowinder,  08-2546
Tutor:
Prof. Guía, Germán















Camurí Grande, Noviembre de 2010




ÍNDICE GENERAL


      RESUMEN
      INTRODUCCIÓN
  CAPÍTULO I. FORMACIÓN MILITAR EN LA SOCIEDAD VENEZOLANA DURANTE EL  CONTEXTO HISTÓRICO GOMECISTA.
              1.      Antecedentes de la Formación Militar  Pre-gomecista.
              2.      Noción de la relación que existe entre el Estado y el Ejército.
              2.1.   Estado, Institucionalidad Militar y Profesionalismo. 
    CAPÍTULO II. PROCESO DE FORMACIÓN DEL EJÉRCITO DE GÓMEZ.
              1.      La Reforma Militar de 1910.
              2.      La nueva estructura organizativa del Ejército.
              3.      Modernización de la Infraestructura Militar.
              4.      Modernización de armamentos, equipos y uniformes del Ejército.
              5.      Mejoramiento de las condiciones socioeconómicas.
              6.      La influencia alemana en esa época.
    CAPÍTULO III. EL AFIANZAMIENTO DEL EJÉRCITO NACIONAL EN EL PERÍODO 1913-1935
              1.      Organización y funcionamiento de la Institución Militar en el período 1913-1935.
              2.      El Ejército Gomecista: un instrumento de acción múltiple. Los factores condicionantes.
              3.      El Ejército como fuerza de trabajo.
              4.      Dos concepciones en pugna.
              5.      La deficiente organización de los recursos: El desfase de la estructura militar.
  CAPÍTULO IV. SITUACIÓN DEL EJÉRCITO VENEZOLANO LUEGO DEL FALLECIMIENTO DEL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ.
       CONCLUSIÓN
        REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS




RESUMEN

El ejército militar siempre ha sido una herramienta del gobierno para mostrar poder y gobernar a una Nación a través de ciertas normas implantadas por el mismo. Este, durante la historia de nuestro país especialmente en el periodo Gomecista (Presidente de Venezuela 1910-1935), sometió al pueblo venezolano a un gobierno que aunque algunos no aceptaban se impuso en la Venezuela de aquél entonces, pues a través del Ejército el Estado hacía gobierno e imponía todo tipo de reglas a sus ciudadanos y aún más en presencia de una dictadura.

Juan Vicente Gómez llega al poder en 1910 cuando su compadre Castro se ausentó en el país en un viaje a Europa, aprovechando la ocasión y en su condición de vicepresidente de Venezuela, con el ejército a su mando, inició un golpe de Estado; para mantenerse en el poder directa e indirectamente por 27 años. A partir de esta fecha inicia un proceso dictatorial en el que Gómez afianzaba su poder a través de las represarías que tomaban el ejército a los opositores de dicho gobierno, y como estrategia centro su fuerza en el ejército militar a través de la modernización emprendida por Castro, reorganización de la escuela militar de Caracas, instructores militares extranjeras y mejoras del armamento militar, creación de la escuela de aviación militar de Maracay (1920), además la promulgación de la ley de servicio militar obligatorio.

Para mantenerse en el poder Gómez, buscó como fuerte colocar representaciones de familiares y allegados en puntos estratégicos del gobierno que no lo traicionasen; apoyado con la modernización del ejército y financiado con el dinero del petróleo a partir de 1914 que facilitó dicho proceso.
Con la realización del presente trabajo pudimos evidenciar el proceso militar y su evolución a través de periodo Gomecista, cumpliendo los objetivos planteados a través revisiones bibliográficas.


INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación trata sobre el tema del Ejército Nacional de Juan Vicente Gómez, el cual fue evidenciado durante el período de 1908 hasta 1935. Durante el transcurso de esos 27 años, el gomecismo logra construir un aparato militar de alcance nacional, que va a diferenciarse de las anteriores estructuras político-militares de carácter regional existentes de las últimas décadas del siglo XIX; aparato sobre el cual se agregarán las modificaciones que, a partir de la muerte de Gómez y más tarde con el golpe militar de Octubre de 1945, permitirán organizar las modernas Fuerzas Armadas Nacionales.

El objetivo de esta investigación es el de conocer los aspectos de gran importancia que ocurrieron durante la formación del Ejército Nacional en el período de la larga Dictadura del General Juan Vicente Gómez.

Para las generaciones de oficiales hay que echar a andar el tiempo desde la liquidación de la Revolución Libertadora en 1902. Provenían, casi todos, de las montañas andinas y pertenecían a una clase social determinada que, pese al control de aquellos treinta batallones que formaban los cuadros del ejército, no tenían marcado un determinado conjunto de ideales ubicables más allá de los que representaban como una elite social. Dirigían una tropa donde el coraje, la audacia personal y la decisión estaban a la orden del día, eran en lo básico parte esencial de los movimientos económicos y sociales imperantes en la época de Gómez y su apoyo al gobierno, al concepto de poderío absoluto, los hace ser históricamente los responsables, custodios y sostenedores del proceso social y político del momento.

Cabe destacar que durante el lapso de 1922-1935, el poder del dictador se fortalece, ya que los recursos provenientes de la explotación petrolera la permiten a Gómez llevar a cabo proyectos políticos y militares que lo afianzan en el gobierno. Entre los proyectos que se realizan esta el e la tecnificación y ampliación del status profesional de las Fuerzas Armadas. Se adquieren armas cada vez más modernas y los miembros de la institución castrense adquieren mejor formación, además de que se amplía su número. Estudio de la institución militar durante el gomecismo estaba vinculado al conjunto social y económico de esa época. Se trajeron instructores militares extranjeros y se mantuvo y mejoró la dotación conveniente de armamento moderno.

            A continuación se expondrá una serie de capítulos donde se desarrollará la evolución del Ejército en historia militar desarrollado en el período gomecista, estableciendo las características, influencias y demás aspectos relacionados con el Tema a estudiar.


CAPÍTULO I

I.                   FORMACIÓN MILITAR EN LA SOCIEDAD VENEZOLANA DURANTE EL CONTEXTO HISTÓRICO GOMECISTA.

1.      Antecedentes de la Formación Militar  Pre-gomecista.

Durante el régimen gomecista, el nivel de institución militar, había una línea divisoria entre la Fuerza Armada que existió antes de la dictadura de Gómez y la que encontramos más tarde, después de la Reforma Militar. El llamado Ejército Nacional durante todo el siglo pasado era, en cierta manera, un mero ejercicio intelectual del Secretario de Guerra y Marina cuando presentaba sus Memorias al Congreso Nacional. Los intentos por tener una fuerza de carácter nacional, fundamentada en la profesionalización de sus cuadros, instrucción permanente, moderno armamento, eficacia en el control fronterizo y al servicio del gobierno central y del Estado, se habían estrellado contra las barreras de las unidades político-militares regionales, las cuales venían a ser una verdadera alianza de intereses particulares. Había un engranaje nacional que, comenzando en Caracas, pasaba luego por los centros políticos y económicos de la provincia, para formar una perfecta coordinación con los otros hasta tanto no sea roto porque de esta manera garantizan al que está en Caracas la seguridad de la paz o los contingentes humanos necesarios en caso de guerra. Ser gran propietario significaba para algunos ocupar altos cargos, tanto en la jerarquía como en el poder político. De este modo, ocurría un enriquecimiento fácil. 

El Ejército como organización de cobertura nacional desaparece a finales del siglo y con ello se acentúa el carácter regional de la Fuerza Armada. El Caudillismo regional barre con las líneas organizativas integradoras que se trataron de instrumentar recién instaurada la Republica. El hombre militar se hace sobre el terreno y su única teoría viene a ser la batalla anterior y nunca un centro de educación militar o cursos especializados. Hubo muchos intentos por profesionalizar a las fuerzas militares, pero no pasaban de simples promesas o, en todo caso, de “escuelas” de corta vida y sin influencia alguna. Era la época de las montoneras y de los oficiales “chopo e’ piedra”. 

Este modelo se derrumba a finales del siglo pasado. El agotamiento del Liberalismo Amarillo como expresión político-militar coincide con una grave crisis económica y social. Todo el cuadro permite que el débil ejército de los Liberales Restauradores, comandado por Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, logre llegar al centro del país, con una relativa facilidad dentro de aquella anarquía y luego, mediante una negociación, entrar en Caracas. En aquella coyuntura critica, el Ejército andino, tenia mayor coherencia y unidad de mando y por ello los Restauradores se convierten en la política emergente que triunfa ante aquellas fuerzas políticas agotadas. 

2.      Noción de la relación  que existe entre el Estado y el Ejército.

Ejército y Estado siempre han conformado una unidad. Desde el siglo pasado comenzó a desarrollarse un esquema nuevo de la organización militar, el cual tenía como esencia el profesionalismo basado en un Ejército permanente con un alto grado de organización y formación, cuya función básica seria la carrera de las armas. Este profesionalismo vendría a ser una meta cualitativa de los gobernantes.

            2.1. Estado, Institucionalidad Militar y Profesionalismo.  

            El Estado siempre ha necesitado una fuerza bélica de apoyo. En los tiempos modernos esta necesidad ha crecido. La organización militar se ha hecho más compleja y su papel institucional ha adquirido mayor importancia. Su papel como principal factor defensivo de un Estado y una política clasista lo ha llevado a aumentar su nivel doctrinario, técnico y profesional hasta confrontar una verdadera maquinaria de guerra.

La formación de los Estados nacionales Europeos y el avance del capitalismo industrial junto a la necesidad de nuevos mercados y dominios de otros territorios condicionó, que los nacientes Estados modernos le diesen mayor importancia al Ejercito para ponerlo a la altura de las nuevas relacione económicas, sociales y políticas; esto lo ubicamos a finales del siglo XVIII y XIX cuando comienzan a fundarse las Escuelas Militares. La profesionalización militar va pareja al desarrollo del Estado Moderno capitalista.

Mantener el poder al servicio interno de una clase social y de su política expansionista pasada por construir una fuerza militar de grandes proporciones, no exclusivamente en cuanto al número sino a la calidad del personal militar, su nivel organizativo y su compromiso con una política de Estado. 

La sociedad industrial se proyecta en la institución Armada y los cambios tecnológicos son asimilados en el orden militar. En los tiempos que anteceden a la primera Guerra Mundial los cambios serán mayores: la fuerza militar va adquiriendo más responsabilidades en la acción Estatal, cuenta con recursos financieros en grandes proporciones e incorpora nuevos elementos organizativos. 

La institucionalidad militar ha tenido nexos con los sectores dominantes y el Estado como una expresión de formación económica social. El Ejército dentro del Estado adquiere una condición jurídica que la diferencia de las otras instituciones. Viene a ser la institución soporte de toda la estructura estatal. Esta función tiene dos variables, la primera, relativa a la defensa del orden interno establecido constitucionalmente por vía de derecho u otras vías y, la segunda, defender la totalidad nacional contra elementos externos. 

En el plano especial de Institución, el Ejército se caracteriza por tener algunas particularidades. En primer lugar, posee sus propios símbolos que se manifiestan en el lenguaje, vestuarios, señales, ceremonias, etc., lo cual se diferencia de otras Instituciones y de ahí que los Estados modernos hayan asumido todas las funciones para su debida reglamentación. En segundo lugar comprende una “esfera de la tecnología”. En el manejo del instrumental bélico se necesita de un personal especializado que debido a los constantes cambios y aportes en lo material y a nivel organizativo, tiende a ser más importante en manejo del aparato tecnológico y, en consecuencia, el militar asume un papel muy específico. En la tercera esfera tenemos el relacionado con el estatus; cada eslabón representa un poder interno determinado, con sus valores, ingresos y normas, con una responsabilidad muy concreta sobre “personas y cosas institucionales”. La otra esfera es la educacional; para aprender todas las enseñanzas militares, trasmitir los valores institucionales e insertarse en su rol especifico dentro de la división de trabajo, se forman diversos órganos especializados. Y finalmente, la llamada legitimidad que viene a ser la justificación jurídica y política del por qué de su acción de violencia, lo que explica que esta se ejerce porque representa un poder estatal legitimado. 

             En sentido global, estas esferas resumen el papel institucional de Ejercito, acerca de cómo se va instalando hasta constituir una pieza del engranaje estatal.


CAPÍTULO II
I.                   PROCESO DE FORMACIÓN DEL EJÉRCITO DE GÓMEZ.

1.                  La Reforma Militar de 1910.

En los primeros tiempos del gobierno de Gómez, muchos pensaron que el mismo sería una transición; así creían que por ejemplo, varios de los viejos caudillos, que a partir de 1908, comenzaron a rodear y gobernar con el Gomecismo y que meses atrás habían sido enemigos de Castro y del propio Gómez, pues éste los había derrotado militarmente a comienzos de siglo. Sin embargo veremos después que fueron tácticas para ir creando mecanismos de poder político-militar para su consolidación y que uno de esos mecanismos fue la puesta en práctica de la Reforma Militar.

Este proceso reformador tuvo tres columnas fundamentales: una política de progreso institucional (concepción doctrinaria), la organizativa y la material, siendo este movimiento de carácter simultáneo y total. El objetivo era convertir a aquella fuerza heterogénea en una fuerza más homogénea, tecnificada y moderna para la época. En efecto con la Reforma,  se comienza a inculcar a los efectivos militares numerosos conceptos que van desde el objetivo central de ser defensores de la Constitución y las Leyes hasta el deber de defender las fronteras y la integridad nacional. Además, los miembros del Ejército, se ligarían más a la comprensión de la historia patria como mecanismo reforzador de la doctrina institucional.

Se parte de la idea de que el Ejército no está al servicio de una camarilla ni de un caudillo regional, sino del gobierno central y del ordenamiento constitucional legalmente establecido. Por lo demás, se refuerza la concepción de que las funciones militares deben ser permanentes y profesionales, tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz. Esto se logro, en buena parte, por la instalación de escuelas militares, charlas, conferencias, difusión de libros y folletos y la constante prédica en las guarniciones sobre el papel institucional del Ejército, porque estarán regularizador por la instrucción y la cultura, que hacen de la interesante institución del Ejército el fundamento indispensable para garantizar los intereses políticos y sociales de un país. 

La Academia Militar pasó a cumplir un papel importante al entrar en actividad en Julio de 1910. En ella se formarían los futuros oficiales de Ejército. Con este instituto adquiere mayor fuerza la política de profesionalización de las carreras de las armas, que constituye la piedra angular de cualquier transformación, y de ahí el apoyo que se le presta en tales momentos. Vienen a ella cadetes de todos los Estado del país, buscando de esta manera eliminar los regionalismos y lograr la “integridad nacional”.

También en 1910 s decreta la creación de la Escuela de Aplicación Militar. Ingresaban a ella los oficiales “montoneros” en servicio activo, con la finalidad de adquirir los nuevos conocimientos militares que se estaban transmitiendo y para que al graduarse impartieran en sus respectivos cuarteles lo aprendido en la Escuela. Era una política novedosa, que evitaba el retiro de los oficiales cuya experiencia estaba sintetizada en los campos de batalla, y, por lo tanto, los oficiales “montoneros” se adecuaban a las nuevas exigencias.

Dentro de esta línea de preparación de las distintas jerarquías militares, fue abierta, en 1912, una Escuela para Clases. Formaría a sargentos y cabos, que serian un factor clave en la preparación de los soldados bajo su mando. Así que una voz de mando, una instrucción, un conocimiento impartido, etc., no tendrían problemas en su cumplimiento porque desde los altos oficiales hasta las clases y soldados estarían formados dentro de los mismos lineamientos militares.
Al margen de la preparación estrictamente militar, una parte de la tropa recibió entrenamiento para algunos oficios por medio de escuelas para tales efectos instaladas en Caracas y Maracay. La idea era desarrollar talleres propios del Ejército, así como enseñarle algún oficio para su aprovechamiento posterior en la vida civil.

La formación fue más allá de las aulas. Por lo visto, la aspiración era colectivizar la enseñanza, no solo en lo teórico sino también en lo práctico. Tendió a generalizarse la organización de conferencias y charlas sobre enfermedades contagiosas e igualmente sobre historia patria, geografía y derecho constitucional, y hasta se llegó a hablar, en el recinto de la Inspectoría General de Ejercito de democracia y orientación científica de la institución militar. También se dictaba, en algunos cuarteles, cursos para que los soldados analfabetas aprendieran a leer y escribir. 

Esta enseñanza se extendió en el plano práctico por medio de la realización de marchas de resistencias, maniobrar sobre el terreno, instalación de campamento, prácticas de tiro y artillería, gimnasia, manejo de ramas, despliegues tácticos, desfiles, etc.

2.                  La nueva estructura organizativa del Ejército.

La Reforma Militar también transformó la estructura organizativa para adecuarla a las nuevas exigencias. La reorganización del Ejercito, dirigida a convertirlo en una maquinaria moderna y cohesionada, se inicia con la creación de la Inspectoría General del Ejercito (11 de Enero de 1910), cuyas funciones básicas serian las de coordinar, supervisar, planificar y hacer todos los servicio concernientes a las revistas militares, inspecciones y otras actividades de la administración y el desenvolvimiento cabal de al Institución Armada. Por medio de este organismo, la alta jerarquía militar tendría un control político-administrativo de la organización militar a escala nacional. Los jefes de las unidades militares rendirían las cuentas regularmente a la Inspectoría General y no como en el pasado, cuando semejantes niveles y canales casi no existían ni se cumplían. La Inspectoría se concierte en vaso comunicante entre las Unidades Militares, el Ministerio y la Presidencia de la Republica. Su labor centralizadora y de control de las guarniciones militares, para hacer cumplir los planes reformadores, queda plasmada al ser eliminada la Comandancia de Armas del Distrito Federal, que, con las otras Comandancias de Armas, constituía el poder real que tenían los antiguos caudillos regionales. Por igual, el Ministerio de Guerra y Marina cumple una función integradora y ejecutora de la política reformadora, ejerciendo su poder a nivel nacional.

A partir de 1910, la unidad superior táctica pasa a ser la brigada, formada por tres regimientos, y a estos, a su vez, los conformaban tres batallones, integrados por tres compañías. Esta organización la llamaron la “Trinaria”. Inicialmente fueron organizadas tres brigadas con sedes en Caracas y en Maracay y luego en forma lenta hacia el occidente del país. La tendencia era la de concentrar los recursos y los mandos, la cual significaba la quiebra de la vieja organización, regionalista y dispersa.

Los servicios y Armas fueron reorganizados para una mayor operatividad. Si bien el fortalecimiento básico correspondió a la fuerza terrestre (Ejercito), la Armada recibió también un impulso reformador. El Ejército se dividió entre Armas: Infantería, Caballería y Artillería, pero la primera fue la de infantería, que creció en grandes proporciones. La Artillería, con nuevas baterías Alemanas, cobro cierta importancia al organizarse en Caracas un Regimiento.

Algunos servicios fueron reorganizados para darles cierta autonomía operativa interna, pero sujetos a una política de combinación de armas y servicios en las brigadas. Los servicios en crecimiento, por orden de importancia, fueron: Ingeniería, Intendencia (talleres, vestuarios, confecciones y almacenes), Sanidad, Justicia Militar y Vicariato Militar; y con interés el de Trenes y Remonta. Con tales cambios, el Ejercito aumento su capacidad logística y la preparación propia de ciertos recursos.

Iniciativa en el orden comunicacional, que le dio una mayor integración a las unidades componentes de la estructura milita reformada, fue la creación de la Escuela de Telegrafía (19 de Octubre de 1912), adscrita al Cuerpo de Artillería. Algo de suma importancia en el campo de las transmisiones para el quehacer político y militar de la época.

3.                  Modernización de la Infraestructura Militar.

La Institución Militar se fue convirtiendo en una sola unidad orgánica, con un aparato administrativo propio. Comenzó a tener sus propios recursos materiales elementales, bien produciendo algunos o realizando una política de abastecimiento a largo plazo. El Servicio de Ingeniería, como el naciente Servicio de Intendencia Militar, fue cumpliendo esas funciones con materiales propios o trabajos sistemáticos que exigía la creciente institución sin necesidad de recurrir en ciertos renglones al sector civil. Por ejemplo, en la Intendencia comenzaron a confeccionarse uniformes, zapatos y otros elementos; y en el cuartel San Carlos (Caracas) se instalaron secciones de herrería, mecánica, talabartería, armería, hojalatería, etc. Algunos talleres se extendieron a Maracay. 

El dique-astillero de Puerto Cabello fue ampliado, dándosele un mayor respaldo para la reparación de naves de mediano calado, así como para la construcción de lanchas pequeñas. Además, se instalo una pequeña Escuela  de Construcciones Navales. Todo esto para no depender tanto de los astilleros extranjeros. 

El proceso redundó en el crecimiento del presupuesto militar. Venía en permanente ascenso desde 1900, cerca de bolívares 3.000.000, hasta alcanzar, en 1910 la cifra de bolívares 7.000.000 y, ya en 1913, llegara a la cantidad de 10.941.743,75.

La construcción de instalaciones adecuadas a las actividades militares y bastantes modernas fue otras de las exigencias de la Reforma. De inmediato se iniciaron los trabajos de remodelación de las viejas casas, así como la construcción de modernos cuarteles; en 1913 se inauguró el Cuartel de Los Palos Grandes, que se convirtió en una edificación modelo. Para el mimo año, esta política se extendía hacia Aragua y la zona andina. También, tanto en la capital como en Maracay, se construyeron campos ‘para la partica de tiro.

 4.                  Modernización de armamentos, equipos y uniformes del Ejército.

Tare prioritaria fue la modernización de armamentos, equipos y uniformes. Par logra esto a nivel de armamento, se compro en forma masiva el fusil tipo máuser 71-84; igualmente, municiones, material explosivo, pistolas y ciertas unidades de artillería. Al unificarse, en gran medida, el armamento en las principales guarniciones, la institución y el suministro se cohesionaron a nivel nacional, cuestión muy difícil en el pasado. 

La disparidad de cortes y uniformes era una nota resaltante en la fuerza militar venezolana. Hubo de inmediato un suministro masivo de uniformes, no solo para las faenas diarias sino también para los desfiles. Hubo adquisiciones novedosas como “kepis” franceses (gorros militares), cascos de corcho alemanes, zapatos de cuero y de lona utilizados en los desfiles, porque las alpargatas todavía seguían para el uso de la tropa en los cuarteles. Se agrego a este mejoramiento la utilización de tiendas de campaña, así como la organización en forma permanente de bandas marciales. 

5.                  Mejoramiento de las condiciones socioeconómicas. 

En las épocas anteriores al Gomecismo no había una política de asistencia medico- sanitaria con cierta sistematización, ni mejoramiento de las condiciones socioeconómicas, a pesar de que decayó mucho en la etapa inicial del régimen. A partir de 1910, la situación tiende a mejora sustancialmente en esos dos frentes. La alimentación y los dormitorios son mejorados junto a un incremento de sueldos. Ya en 1909 había entrado en funcionamiento el primer hospital militar del siglo, y en los cuarteles comenzaban a instalarse pequeñas enfermerías. Igualmente entra en práctica una política de saneamiento  de las instalaciones militares y se realizan censos para precisar las principales enfermedades endémicas y epidémicas que afectan a la tropa y a la oficialidad. Los informes medico-sanitarios servirían de base para la realización de campañas educativas y de saneamiento. Por lo visto, se respiraba un ambiente distinto. 

6.                  La influencia alemana en esa época. 

El movimiento reformador arrancó con una marcada influencia alemana por dos razones básicas. En primer lugar, porque el ejercito prusiano había logrado grandes avances que lo convirtieron en el modelo a copiar. La segunda razón proviene de la influencia que se expreso en esos momentos por la vía de un militar chileno que había estado en la reorganización del Ejército chileno bajo el asesoramiento de una misión militar alemana. El chileno, Samuel McGill, y el Inspector General del Ejército, el General Galavís, aplicaron en la Reforma Militar ideas extraídas de la llamada “Escuela Prusiana”, tanto en lo conceptual como en lo organizativo.
 

CAPITULO III

I.                   EL AFIANZAMIENTO DEL EJÉRCITO NACIONAL EN EL PERÍODO 1913-1935

1.                  Organización y funcionamiento de la Institución Militar en el período 1913-1935 

La organización militar sufrió modificaciones a raíz de los sucesos de 1913. Por razones eminentemente políticas, el esquema trinario fue sustituido por el binario de una marcada influencia francesa. Los regimientos estarían constituidos por dos batallones y estos por dos compañías. Lo fundamental era disminuir el número de efectivos y tener mayor capacidad operativa con soldados y oficiales mas ejercitados. Desde 1914, Gómez utiliza el mecanismo de ejercer siempre la Comandancia en Jefe del Ejército (nombrado por el Congreso), dejando o asumiendo la Presidencia de la Republica según el interés político del momento. De esta manera, Gómez siempre tuvo en su poder la conducción de la organización castrense. 

Un paso importante en esta época fue la creación de la Escuela de Aviación Militar (17 de Abril de 1920) en Maracay. El 19 de Diciembre del mismo año entro en funcionamiento con equipos franceses y la presencia de una misión técnica de ese país. También se construyo un campo de aviación en la misma ciudad de Maracay y en otros lugares del país se abrieron rusticas pistas de aterrizaje. La Aviación Militar nación como un servicio adscrito al Ejercito. 

Un hecho transcendental fue la aprobación de un nuevo Código Militar en 1923, el cual recogió todas las experiencias de la Reforma Militar y ciertos elementos surgidos de la Primera Guerra Mundial. La importancia de este Código fue que sistematizo y jerarquizo el funcionamiento militar con un sentido de mayor operatividad a nivel nacional. A partir de allí, el Ejército contar con una cobertura más amplia: Ingeniería Militar, Tren, Aviación, Material de Guerra, Intendencia, Empleados Asimilados, Remonta y Veterinaria, Justicia Militar y Vicariato Militar. También son organizados un Comando Superior del Ejército al servicio directo de Gómez; una Jefatura de Estado Mayor al servicio del Ministerio; y una Jefatura de Estado mayor General de Tropas. Además, son formadas la Inspectoría de Armas y Servicios.

En 1930 entra en vigencia un nuevo Código Militar, que tendió a ser una respuesta pragmática a la nueva situación polito-militar. Es creada la Corte Marcial y son reorganizados algunos servicios y dependencias. 

Todas esas organizaciones organizativas y jurídicas iban acompañadas por una serie de obras. A manera de ejemplo, la ciudad de Maracay se convirtió en una verdadera ciudadela militar donde fueron concentrados todos los servicios y armas. Ocumare de la Costa y Turiamo en el litoral aragüeño fueron nuevos puestos navales. Barquisimeto, Maracaibo y San Cristóbal se convirtieron en plazas militares de cierta importancia estratégica. La política de conectar esas plazas con Maracay y las poblaciones que se encuentran alrededor del Lago de Valencia fue lograda con la construcción de una red de carreteras hechas sin muchas técnicas y por los presos del régimen junto a numerosos efectivos militares que unían al occidente con el centro del país; su importancia estratégica estaba ligada al control político-militar y no a un propósito de integración económica nacional. La red telegráfica centralizada en Maracay reforzaba el control efectivo del país. El Gomecismo se sentía seguro; Caracas era la capital formal, pero el pode real estaba en Maracay.

2.                  El Ejército Gomecista: un instrumento de acción múltiple. Los factores condicionantes.

El Gomecismo convirtió al Ejército organizado por él en un instrumento de acción múltiple en la aplicación política de su hegemonía. El Ejército fue transformado en un elemento represivo fundamental. Por esa vía garantizaban la acumulación de riquezas en todo los niveles a los integrantes del sistema andino-gomecista y a los interés foráneos, tales como la entrega de concesiones petroleras a las compañías extranjeras a precios grotescos y mano de obra baratísima; también se mantenían “paz republicana” para que el gobierno pagara las deudas públicas a los actuadores nacionales e internacionales. La consigna de “paz, unión y trabajo” eran parte de un programa represivo sustentado a escala nacional por una fuerza cohesionado. De esta manera, en la misma medida que le Gomecismo aumentaba sus intereses, la función militar adquiriría una carga mayor de coacción directa sobre la población para mantener el orden de las cosas.  Este tipo de política conformo una estrecha alianza entre quienes ejercían la conducción militar, las jefaturas políticas y las practicas de enriquecimiento, con los dineros públicos. Mientras más alto eran los niveles de mando mayor eran la mayor posibilidad de acumular las propiedades por vía de la corrupción. En las zonas alejadas del centro y en especial alejadas de las fronteras el Gomecismo formo “batallones volantes” dirigidos por oficiales donde se unían la practica represiva contra los insurrectos con el ejercicio del enriquecimiento fácil. 

Aprovecharon los andinos-gomecista la situación derivada de los enfrentamientos de los años de 1928 y 1929 para aumentar las partidas vinculadas al aparato represivo. Los otros sectores de la sociedad como educación, salud, obras públicas, servicios en general, etc., estaban relegados a un plano secundario.

3.                  El Ejército como fuerza de trabajo.

Cuando el Ejército estaba consolidado, buena parte de laos efectivos militares fueron utilizados como fuerza de trabajo en las haciendas, actos y demás negocios de los jerarcas gomecista. Muchas de las unidades militares de la región central fueron a parar a diversos establecimientos agropecuarios como peones. En muchas oportunidades los oficiales fueron utilizados como capataces de esos fundos. En otras regiones del país altos oficiales tenían muchos efectivos en labores de servicio personal o en los negocios que explotaban esos oficiales. 

En esa época fue común encontrar contingentes de soldados y oficiales trabajando en obras públicas tales como carreteras, calles, edificios públicos, etc., junto a los presos. La utilización de esta modalidad hizo que surgiera la expresión “coroneles de carreteras”, generalmente desconocedores del nivel técnico de en la construcción de carreteras. En muchas oportunidades los oficiales y soldados que trabajaban en las obras no recibían pagos por esas jornadas, por cuanto se consideraban que estaban en “servicio militar activo-2. También la utilización de las tropas en las obras públicas sirvió para que los oficiales encargados de los trabajos practicaran el enriquecimiento con el presupuesto del Ministerio de Obras Públicas y de otros organismos. Semejante práctica no correspondería a un articulado plan de desarrollo, sino a una de las tantas desviaciones a la cual fue sometida la institución militar para el beneficio de la camarilla. 

4.                  Dos concepciones en pugna.

En la medida en que la Institución fue creciendo, dos concepciones se enfrentaron. El desarrollo de las contradicciones está vinculado a la comprensión de la función militar en una sociedad. En primer lugar, hay una tendencia ligada a las nuevas generaciones de la Escuela Militar aspirantes a un aumento de los niveles de profesionalización y, en términos generales, comprometidas con un proyecto de modernización y democratización, tanto como de la Instituciones Militar como el de la sociedad en general; esta corriente además de minoritaria en el Ejercito, no conto con éxito en el desarrollo de sus planes. En efecto, las conspiraciones de 1914, 1918, 1919, 1922 y 1928 fracasaron; unas fueron descubiertas antes de estallar, y la ultima, sofocada en pocas horas. Tales conspiraciones ocurrían generalmente cuando había manifestaciones estudiantiles y de los otros sectores de la ciudad como los gremios que agrupaban a trabajadores. 

La alta jerarquía gomecista comenzó a ver en los oficiales graduados en la Escuela Militar un obstáculo en la aplicación de sus planes, y decidió entonces adoptar una política de poca atención a la profesionalización efectiva del militar, especialmente a partir de los años 1914 y 1945; en adelante los oficiales de carrera tenían muy pocas oportunidades de ascender y amas un de ocupar cargos claves en las líneas de mando superior. Al ocurrir el levantamiento militar en 1928 en Caracas, la Escuela Militar fue cerrada temporalmente y reabierta como Escuela de Aspirantes a Oficiales en Aragua, con jóvenes de confianza del régimen.  A partir de ese año el sistema andino gomecista utilizara casi totalmente a aquellos oficiales y crecerá el recelo hacia la oficialidad profesional. 

5.                  La deficiente organización de los recursos: El desfase de la estructura militar.
El crecimiento de la estructura militar a nivel de armas y servicios fue precario y atrofiado. No se desarrollo de forma coherente, sino que se puso énfasis en ramas y elementos que le interesaban al Gomecismo, a pesar de que en el Código Militar se estableció de cierta manera una política homogénea. Esta errada conducción creo desniveles entre las distintas Armas y Servicios y entre las propias zonas militares. La ciudad de Maracay, por ejemplo, conto con un poder inmenso en Armas y Servicios, y el resto de las plazas militares con diversos grados de debilitamiento y abandono.

Las fuerzas navales fueron dejadas a un lado. El esfuerzo se concentro en la terrestre y, dentro de ésta, se le dio mayor poder a la Infantería, con muchas limitaciones para la Caballería y la Artillería. La Aviación, además de ser un servicio adscrito al Ejército, tuvo escaso desarrollo y no supero cierto carácter simbólico y de práctica deportiva. Los Servicios confrontaron los mismos problemas, pero con el agravante de que casi todos fueron concentrados en Aragua.

Otro problema, vinculado a los factores condicionantes presentes fue la excesiva regionalización. El Ejercito Nacional, como la propia Administración Publica, conto con una presencia casi asfixiante de andinos, en especial tachirenses. Se busco de esta manera en el vínculo regional un mecanismo de lealtad, “comportándose” los andinos y en especial los tachirenses, en todo el país, como si fueran un “ejército de ocupación”.


CAPITULO IV

I.                   SITUACIÓN DEL EJÉRCITO VENEZOLANO LUEGO DEL FALLECIMIENTO DEL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ.

En diciembre de 1935, Juan Vicente Gómez en su hacienda de Maracaibo. Una dolencia en la próstata derroto al hombre que durante 27 años gobernara el país. A su muerte, el gobierno deja de ser la propiedad exclusiva del Gomecismo más tradicional. Sin la autoridad exclusiva del jefe la lucha por posiciones en el gobierno se inicio abiertamente.

El problema de la sucesión presidencial no se presento repentinamente. Desde 1930, la salud de Gómez fue empeorando lentamente y su muerte era evento considerado inminente. Por ello, quienes aspiraban el ascenso a la presidencia organizaron sus apoyos y recursos mucho antes del 17 de diciembre de 1935. Además, Gómez no había establecido, explícitamente, un suceso. El único mecanismo de transición, previsto en la Constitución en el artículo 97, era el de la designación por el Gabinete Ejecutivo de un Presidente encargado, con carácter interino, quien a su vez convocaría el Congreso Nacional para elegir el nuevo presidente. A la muerte de Gómez el mecanismo funcionó normalmente.

Evidentemente, la letra de la Constitución no se impuso sin oposición. La “majestad de la ley” no era, ni podía ser, el elemento determinante en la resolución de conflictos políticos. Es necesario dilucidar por qué fueron posibles que el problema de la sucesión se resolviese por la vía constitucional. Ello nos remite directamente a la identificación de la instancia decisiva de la situación de dominación política de la época.

En la Venezuela después de la muerte de Gómez no existe ninguna otra organización que le dispute a la institución castrense la posibilidad de imponer su voluntad contra cualquier resistencia. No existen partidos políticos ni grupos de precisión con beligerancia política que pudieran articular la voluntad de otros estratos sociales para oponerse al Ejército. Su hegemonía era indiscutida.

Pero, ¿a quién obedece el Ejército? Esta pregunta nos coloca ante el problema de la formación y expresión de la voluntad política dentro de esta institución. No es posible atribuir este proceso a un grupo de oficiales de vanguardia que habrían desarrollado una ideología propia, al margen de la línea tradicional, y que, en el marco de cierta desintegración de las líneas de mando, hubiesen capitalizado a su favor el descontento dentro de las filas del Ejército. Contra esta posibilidad conspiran dos fenómenos: en primer lugar, una disidencia de esta índole era imposible mientras Gómez gobernara y, de hecho, n7unca fue permitida; en segundo lugar, la muerte del dictador no supuso, en lo absoluto, un relajamiento de la disciplina militar.

De esta manera, parece legítimo concluir que el sucesor de Gómez solo podía lograr el asentamiento del Ejército reproduciendo el mecanismo mediante el cual el dictador controlaba la institución castrense. En otras palabras, el aspirante a la Presidencia debía contar con el apoyo personal (logrado mediante su prestigio militar y compromisos particulares) del mayor número de oficiales que tuvieran a su cargo mando de tropas y acceso al parque militar. En 1935 dos hombres aspiraban a ello, el General Eustoquio Gómez (primo de Juan Vicente) y el General López Contreras, Ministro de Guerra y Marina.

Eustoquio Gómez, uno de los hombres más representativos del Gomecismo, era la expresión del viejo estilo de gobierno, y tenía a su favor los elementos más comprometidos con los organismos de represión. En su contra actuaron dos factores: su débil vinculación al Ejercito y su poco prestigio entre la población.

Eleazar López Contreras era el aspirante más fuerte para obtener la Presidencia a la muerte del caudillo. Contaba con el apoyo a la oficialidad joven, había logrado comprometer a un buen grupo de veteranos (López había participado en la campaña de 1899) y estaba en una posición inmejorable: desde el Ministerio de Guerra y Marina contralaba los hilos fundamentales de la organización del Ejército. A ello sumaba un gran prestigio entre los medios sociales de Caracas donde era considerado como un hombre culto y de gran habilidad política. Su reputación también era reconocida por los diplomáticos norteamericanos para quienes resultaba, desde 1930, el hombre con mayor potencial político en el país.

             Los factores de poder reconocían el López el sucesor natural de Gómez. Obviamente para el fututo   presidente la tarea no era sencilla y decidió enfrentarse a la conspiración encabezada por Eustoquio Gómez y el ayudante personal de Gómez, Eloy Tarazona. Ante la inminente muerte del “Benemérito”, Eustoquio y Tarazona intentaron sublevarse, pero fueron inmediatamente reprimidos por López. El mismo día 17 de diciembre, el gabinete ejecutivo, cumpliendo la disposición constitucional, elige a López como presidente encargado. La sucesión se había cumplido.



CONCLUSIÓN

En la larga dictadura del General Juan Vicente Gómez se evidencia una creciente consolidación de un poder político absoluto, que aniquila paulatinamente todo vestigio de legalidad, autonomía y libertad. El año de 1911, se toma como punto de partida de la institucionalización de las Fuerzas Armadas y como primera de la serie de generaciones militares, la cual se define como protagonista del siglo XX militar venezolano. Se condujo a una actividad profesionalizada, sustituyendo técnicas tradicionales de trabajo por nuevas y modernas formas de administración y uso de las armas y recursos con métodos nuevos.

Las Fuerzas Armadas convivían en su idealismo el empirismo, la improvisación, el uso y abuso de los cuadros militares para robustecer el personalismo, el caudillismo y el poder dirigido por el gomecismo. Es decir, que las Fuerzas Armadas estaban destinadas a la opresión del pueblo bajo las órdenes del dictador Gómez.
El siglo XX arrancó con una ausencia casi absoluta de materiales de apoyo, documentales y mecanismos establecidos en materia militar, que permitieran además de identificar el proceso en sí mismo, identificar las inspiraciones, propósitos, ideas y sueños que llevó a un grupo de soldados amparados en la supervivencia y hegemonía de un jefe Único, a una organización definida y coherente.

Las Fuerzas Armadas habían nacido como fuerza pretoriana al servicio del régimen gomecista e iniciaban un importante proceso de modernización.

Para la elaboración de la presente investigación, se acudió a diferentes fuentes bibliográficas señaladas en las respectivas referencias.

En la historiografía militar en Venezuela existen todavía muchas lagunas en cuanto a su información debido a diversos tipos de problemas, ya sea por las resistencias e inhibiciones o por lo correspondiente a las limitaciones en cuanto a materiales. La investigación que se realizó en las distintas referencias está basada en determinados análisis y otros materiales relacionados en la época gomecista. Pese a ello, para la realización del presente trabajo se pudo lograr el objetivo planteado, esto gracias a la bibliografía consultada.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Pacheco, Emilio. (1984). De Castro a López Contreraz. Caracas: Editorial Domingo Fuentes y Asociados S.R.L. Cota: 987.063 P116.
Pino Iturrieta, Elías. (1988). Juan Vicente Gómez y su Época. Caracas: Monte Ávila Editores C.A. Cota: 987.063 G633.
Ziems, Ángel. (1979). El Gomecismo y la Formación del Ejército Nacional. Caracas: Editorial Ateneo de Caracas. Cota: AAA 1309 F2325 Z54.